a

 Periodismo de mano en mano y Visor de Transparencia

 

 

 

 

 

 Inicio / Quiénes somos / De mano en mano / Contacto                                        

¡Viva Nava!

Primera parte

Eduardo Martínez Benavente

Mayo 20, 2007.

 Lea

 

Contrapesos 2009

Contrapesos 2008

Contrapesos 2007

Contrapesos 2006

 

Creo que la mayoría de los jóvenes potosinos menores de treinta años no saben quién fue el Doctor Salvador Nava Martínez. Vemos con tristeza que muchos de ellos sólo vinculan ese nombre al de una fatídica avenida en la que ocurren cientos de accidentes al año; por eso, en el décimo quinto aniversario de su muerte, los que nos identificamos con su movimiento civilista sentimos la necesidad de dar a conocer la semblanza de un hombre excepcional. Se trata de un potosino íntegro que cimbró a la sociedad en diferentes etapas de nuestra historia. Desde luego que es insuficiente este espacio para presentar toda la dimensión de Nava, pero bien podemos dar una pinceladas de algunos aspectos destacados de su vida.

Fue un potosino que amó entrañablemente a su Estado y su gente. Un hombre carismático con un liderazgo que electrizaba a las multitudes que lo escuchaban sin cuestionamientos, sin importar su calidad discursiva y el orden y planteamiento de sus ideas. Tenía la gracia de atraer a su causa a personas de las más distintas ideologías que creían que el Doctor comulgaba con sus ideas. Los de izquierda sentían en él a su más valioso exponente que les haría justicia y atendería preferentemente el rezago social. El trato amable que dispensaba a la gente humilde era real, no había fingimientos. Su clientela como médico de confianza de obreros textileros, mineros, ferrocarrileros, entre otros, le había forjado un carácter que le permitió un trato natural y cariñoso para con la gente pobre a las que no le cobraba por sus servicios o pagaban lo que podían. Los de derecha creían que Nava era garantía de orden, decencia y progreso, y que protegería sus intereses. Para algunos que lo tratamos, lo conceptuábamos como un liberal demócrata. Su familia tiene antecedentes liberales que datan de la Reforma; su abuelo el escribano Fortunato Nava, recibió al presidente Juárez a su llegada a San Luis y participó en la lucha liberal de la época. Al igual que su padre y sus hermanos Manuel, José y Rafael estudió Medicina y se especializó en oftalmología. Fue catedrático y director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Practicó el primer transplante de córnea en nuestra entidad.

Fue un ciudadano inconforme y contestatario, que incendió conciencias y despertó a un pueblo que reclamaba libertad, justicia y democracia. Desde su posición como maestro y consejero universitario, en 1949, se opuso a que el rector de la Universidad le entregara una medalla de reconocimiento al cacique Gonzalo N. Santos por haber concedido la autonomía a la Institución, se trataba de un acto de bochornosa adulación porque la autonomía ya había sido conferida en 1923, por el gobernador Rafael Nieto. En 1952, su hermano Manuel alcanzó la rectoría de la Universidad y no permitió que Gonzalo siguiera interfiriendo en la casa de estudios. El cacique se atrevió a ordenarle que ni pensara en la reelección o de lo contrario la Universidad seguiría sufriendo penurias económicas. Manuel Nava se reeligió con el respaldo de la mayoría universitaria. El enfrentamiento entre los Nava y el sátrapa de Gonzalo N. Santos alcanzó dimensiones irreconciliables y una guerra abierta en la que uno de los dos tenía que salir derrotado. En 1958, muere Manuel Nava sin concluir su rectorado y su liderazgo moral y político lo toma su hermano Salvador. El presidente Adolfo López Mateos lanza el grito de guerra para acabar con el cacicazgo, con aquella famosa arenga de “Los caciques duran hasta que el pueblo los tolera”. La Federación de Profesionistas e Intelectuales, integrada por universitarios a la que pertenecía Nava creyó ver la posibilidad de cambiar la situación y se afilió al PRI, y conjuntamente con grupos de obreros, ferrocarrileros, mineros y hasta priístas apoyaron el proyecto de lanzar a Salvador Nava a la presidencia municipal. La mayor parte del pueblo potosino apoya su candidatura y el 7 de diciembre gana por un margen abrumador de 7 a 1 las elecciones como candidato independiente, porque Santos le cierra el paso en el PRI postulando un candidato de sus confianzas. Arma un cabildo plural con panistas, comunistas, sinarquistas y desde luego navistas. Durante su administración es la primera vez que oímos hablar de transparencia porque todos los días informaba de los movimientos del gasto público del Ayuntamiento. Puso en práctica un sistema de realización de obras en las que la gente aportaba la mano de obra y el Ayuntamiento los materiales. Durante su campaña se organiza la sociedad para tumbar al cacique. El desfile del 20 de noviembre de 1958 se convirtió en el detonante para acabar con el cacicazgo, en esa ocasión el gobernador pelele Manuel Álvarez recibió una lluvia de huevos podridos que lo hizo huir de palacio y refugiarse en la ciudad de México. Una huelga general de actividades en San Luis remató al político huasteco con lo que el Doctor Nava ganaba la batalla. Su administración logró incrementar los ingresos hasta en un cincuenta por ciento, sin necesidad de aumentar impuestos; la clave: se le dejó de pagar tributo al cacique, nadie robaba y había austeridad en el gasto público. Sus seguidores, animados por el triunfo electoral y su desempeño como alcalde le pidieron que se postulara como candidato a gobernador del Estado. Se trataba de una empresa muy atrevida. El sistema político del país nunca reconocería un triunfo de la oposición para ese cargo, por lo que buscó la candidatura del PRI. Salvador Nava deja la alcaldía y se lanza a una intensa campaña para lograr su nominación. Antes de que se celebrara la convención priísta, el gobierno federal impuso a un desconocido como candidato de ese partido. Trataron de compensarlo ofreciéndole una diputación federal y reponiéndole el dinero que se había gastado en su campaña interna. El Doctor los rechazó y se lanzó como candidato independiente con el resultado previsible: el gobierno rellenó las urnas con votos para el candidato del PRI, intimidó a los simpatizantes navistas con la presencia del ejército y alteró los resultados. Impusieron a un maestro desconocido originario del Estado de Chihuahua que fue repudiado hasta el último día de su administración.

El 15 de septiembre de 1961, en pleno grito de Independencia, las luces de la Plaza de Armas se apagaron y cuando se volvieron a encender se inició una balacera. Había soldados en las azoteas de los edificios y desde ahí dispararon a la gente. Nunca se supo cuántos murieron. Al día siguiente destruyeron los talleres del periódico “Tribuna”, el órgano de difusión oficial del movimiento, y el Congreso del Estado declaró desaparecidos los poderes municipales del Ayuntamiento navista. Nava y varios de sus colaboradores fueron detenidos y enviados al Campo Militar número uno en la ciudad de México. Mientras que estuvo preso por más de un mes, la ocupación militar y policíaca reprimía a sus seguidores. Regresa a San Luis e intenta formar un partido político. No se lo permiten, la represión y violencia continúa. El 5 de febrero de 1963 fue aprehendido y torturado en el Charco Verde. Otros de sus amigos corrieron con la misma suerte.

El movimiento se replegó y desistió ante tanta represión. Era exponer demasiado a la gente. Nava se retiró a sus actividades académicas y profesionales. Veinte años después resurgiría.

 

VISOR DE TRANSPARENCIA

  

6as Jornadas de Acceso a la Información Pública 2008

Lista obtenida a través de solicitudes de información

 

Lista obtenida a través de solicitudes de información

* Adelantos a partidos

* Publicidad en medios 2007

* Publicidad en medios 2008

* Datos relevantes

 

Usuarios de Leyes de Transparencia