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Jacobo Payán, un peligro para San Luis

Segunda parte

Eduardo Martínez Benavente

Mayo 17, 2009.

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Es insostenible la permanencia del equipo de fútbol de primera división en esta plaza. Es muy probable que la afición potosina se quede sin “Gladiadores” para la siguiente temporada. Los tres candidatos a la gubernatura del estado han coincidido en que de resultar electos no subsidiarán al club de fútbol San Luís. Así lo han manifestado en sus comparecencias ante los integrantes de Acción Ciudadana. El que resulte electo parece estar dispuesto a pagar el costo político que esto representa y a resistir los embates de una afición ruidosa y numerosa que seguramente protestará por la medida. El equipo de fútbol Real de San Luís recibió del gobierno de Marcelo de los Santos, en el 2008, sin partida presupuestal autorizada por los diputados, recursos por 42 millones 250 mil pesos, según consta en el informe de la cuenta pública estatal correspondiente a ese ejercicio. No sabemos todavía con cuánto lo va a apoyar en esta temporada, pero lo que si sabemos es que para la próxima no habrá dinero para la filial de Televisa. Las participaciones federales vendrán muy mermadas, los ingresos propios se reducirán considerablemente, y el gasto corriente y los pasivos gubernamentales no permitirán que nuestras contribuciones sigan sosteniendo un espectáculo que ciertamente sirve para que muchas personas liberen sus frustraciones y enconos, y para que otras se distraigan de sus verdaderos problemas.

El próximo gobierno deberá ser extremadamente austero porque habrá muy poco dinero para trivialidades, y aunque el deporte en general es una prioridad para cualquier gobierno, y en particular el fútbol que es el más popular, no se pueden desequilibrar las finanzas públicas con tales excesos, pues hay que atender necesidades mucho más apremiantes como la salud, la educación, la seguridad pública y la construcción de muchas obras inaplazables de infraestructura en el estado. Y en todo caso, el esfuerzo en esta materia debe ir orientado a apoyar al deporte amateur en todos los rincones de San Luis. Así es que no hay más que dos soluciones para que se quede el equipo, la primera, incrementar considerablemente el precio de las entradas al “Alfonso Lastras”, para que los apasionados a ese deporte cubran el importe del subsidio, lo que estaría descartado porque sólo unos cuantos tendrían poder económico para ingresar al estadio; y la otra, que Jacobo Payán, desde ahora, independientemente de que resulte o no electo como presidente municipal, se comprometa con los hinchas del San Luís a que el equipo no se irá de la plaza; y que si falta dinero, lo pondrá de su bolsa, garantizando el compromiso con sus bienes. Lo que seguramente no va a ocurrir, como tampoco ocurrirá que los empresarios potosinos desembolsen lo que falta.

Jacobo Payán sabe que su tumba política será cuando el equipo desaparezca, aunque culpe al gobernador del estado de la pérdida. Sabe que gran parte de su popularidad se debe a la imagen que proyecta como promotor de ese deporte. El equipo Monarcas de TV Azteca ya no pudo sacarle al gobernador de Michoacán los 65 millones de pesos que le exigía como apoyo para que el equipo permaneciera en esa entidad. El gobernador Leonel Godoy resistió el chantaje de Ricardo Salinas; en cambio, Marcelo de los Santos se dobló ante Emilio Azcárraga y le entregó una colaboración extraordinaria de 25 millones de pesos, con tal de que no se llevara al equipo.

Queda también la opción de que Jacobo Payán se vea tentado a apoyar económicamente al equipo de Emilio Azcárraga con el dinero del municipio, lo que sería totalmente reprobable porque ni le corresponde, ni tiene con qué, y desviar recursos a ese objetivo lo obligaría a cancelar obras o a reducir servicios municipales que necesariamente tiene que proporcionar esa instancia de gobierno. Además de que se provocaría un grave conflicto de intereses porque como dueño del estadio se vería favorecido si el equipo sigue jugando en su inmueble. Por cierto que se trata de un estadio construido dentro de unos terrenos que Urbanizadora Popular Plan de San Luís le entregó al municipio de la capital para cubrir las obligaciones derivadas de un fraccionamiento que desarrolló en esa zona. Esta empresa invirtió en la primera etapa del estadio más de 5 millones de pesos, y en virtud de que la Universidad Autónoma de San Luís Potosí se interesó en continuar con la construcción, se propuso a los accionistas de esa sociedad que las construcciones se cedieran a la Universidad, para que simultáneamente el Ayuntamiento le transmitiera los derechos que tenía sobre el terreno, según consta en el Periódico Oficial del Estado de fecha 11 de febrero de 1979. El Ayuntamiento le solicitó a la empresa inmobiliaria que le escriturara directamente a la Universidad. Posteriormente, mediante turbias e ilegales maniobras, la UASLP, representada por el rector Alfonso Lastras, sin la firma del secretario general de la Institución, le vendió a una empresa de Jacobo Payán, “el hoyo universitario” con sus casi 10 hectáreas de terreno, sin que el Ayuntamiento lo hubiera autorizado, ya que la donación había sido condicionada. En esa escritura no se transcribió ni se anexó el acuerdo del Consejo Directivo Universitario en el que se autorizara la venta del inmueble, transgrediendo el artículo 71 de los estatutos universitarios, lo que originó que la operación fuera nula. Al mismo tiempo, Jacobo Payán le vendía a la Universidad, en el mismo precio que pagó por el “hoyo”, una superficie de un poco más de 52 mil metros cuadrados del fraccionamiento La Florida, los que desde 1994 no ha terminado de urbanizar, simulando un contrato de compra venta, cuando en realidad se trataba de una permuta. Una vez más ganaba Payán, pues el predio universitario tenía un valor muy superior al de la Florida, pero su principal ganancia no estaría en la ganga de la transacción, sino “en los favores y relaciones que de otra manera no se lograrían”, como lo reconocía en aquella entrevista que le publicó la revista Proceso en su edición del 30 de enero de 1995, cuando era el propietario de los Auriazules del San Luís.

 

 

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